La BPS y Mental Health Europe apoyan el informe de la ONU para abandonar modelo biologicista en Salud Mental
La Sociedad Británica de Psicología (British Psychological Society; BPS) en coordinación con la organización Mental Health Europe (MHE) ha emitido un comunicado para mostrar su apoyo al informe de la ONU elaborado hace unos meses y titulado Derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Dicho informe, tal y como anunciamos en Infocop en su momento (ver El mundo necesita una revolución en la atención a la salud mental), advertía a los Estados miembro de los obstáculos que imperan hoy en día para una adecuada atención de calidad en salud mental: el predominio del modelo biomédico, el poder de la psiquiatría biológica y las industrias farmacéuticas y los sesgos en la publicación de los resultados de las investigaciones farmacológicas, instando hacia un cambio del modelo de atención a favor de los factores psicosociales que afectan a los procesos de salud. El comunicado, firmado por la BPS y la MHE, es el siguiente: |
|
||
Carta abierta que respalda el Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental
A quien le interese, Informe del Relator Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental: http://ap.ohchr.org/documents/dpage_e.aspx?si=A/HRC/35/21. Nosotros, una gran variedad de organizaciones e individuos que representan a personas con experiencia personal en servicios de salud mental, profesionales y académicos, acogemos con beneplácito el informe del Relator Especial de las Naciones Unidas, Sr. Dainius Pūras, sobre el derecho de todos al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Este informe innovador es la segunda alusión importante a la salud mental realizada por el sistema de derechos humanos de la ONU este año. Este desafiante informe destaca que la salud mental ha sido un tema olvidado durante demasiado tiempo, dejando que demasiadas personas sufran abusos de los derechos humanos en los servicios de salud mental. Este último informe va más allá del informe anterior de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos al señalar la «carga mundial de obstáculos» que impiden a nuestros sistemas de salud mental adoptar un enfoque basado en los derechos humanos que garantice el derecho a la salud mental para todos. Estamos de acuerdo con el Relator Especial en que estos obstáculos incluyen las asimetrías de poder, la prevalencia del modelo biomédico y el uso sesgado de la evidencia dentro del sistema de salud mental. Por lo tanto, también acogemos con beneplácito el llamamiento del Relator Especial de que, en consonancia con la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, se cambie el paradigma de aislamiento que caracteriza a los servicios de salud mental, coercitivos y medicalizados, hacia otro basado en la recuperación y en la comunidad, que promueva la inclusión social y ofrezca una gama de tratamientos basados en los derechos y apoyo psicosocial en los niveles de atención primaria y especializada. El Relator también reconoce el imperativo de los derechos humanos de invertir en prevención y promoción. Apoyamos los comentarios adicionales del Relator Especial de que «… un paradigma neurobiológico reduccionista causa más daño que beneficio, socava el derecho a la salud y debe ser abandonado… Se necesita un cambio en la inversión que se realiza en salud mental, que pase de centrarse en los «desequilibrios químicos» a focalizarse en «los desequilibrios de poder y las desigualdades». Vivimos en un mundo de sorprendentes y muy bienvenidos desarrollos científicos y profesionales que dan gran esperanza a nuestros esfuerzos conjuntos para mejorar la salud y el bienestar de todos los ciudadanos. Pero también es importante reconocer que la salud es una cuestión de justicia social. Las desigualdades, la pobreza y el abuso repercuten en nuestra salud física y mental, y las soluciones son políticas, sociales y técnicas. El informe identifica correctamente una variedad de prácticas y alternativas eficaces que sitúan la salud mental dentro de un paradigma basado en los derechos humanos y la recuperación y estamos de acuerdo en que estas prácticas deben ser ampliadas y deben recibir más inversión. Por lo tanto, acogemos con especial satisfacción el reconocimiento del Relator Especial de que los problemas de salud mental están; «…fuertemente vinculados a las adversidades de la primera infancia, incluyendo el estrés tóxico y el abuso sexual, físico y emocional de los niños, así como a las desigualdades y la violencia, incluyendo las desigualdades basadas en el género y la violencia de género, y muchas otras condiciones adversas que las personas, especialmente aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad como pobreza o exclusión social, se enfrentan cuando sus necesidades básicas no se cumplen y sus derechos no están protegidos». Acogemos con beneplácito estos mensajes positivos para un enfoque global de la salud y el bienestar psicológico que garantice la participación de la diversidad de los titulares de derechos y las partes interesadas pertinentes, incluidos los usuarios y sobrevivientes, la sociedad civil y las comunidades y que les empodere. Estamos de acuerdo con el Relator Especial en que debemos centrarnos en la prevención primaria del sufrimiento y de la mala salud, así como en el cuidado y la recuperación de las personas que sufren mala salud o malestar. Por lo tanto, anhelamos un futuro donde trabajemos juntos para proporcionar una visión coherente, científica, pero humana y psicológica; donde se proporcione atención en vez de coerción, compromiso por la justicia social, la equidad y los derechos humanos fundamentales y se establezcan los requisitos sociales para una auténtica salud mental y bienestar. Mental Health Europe – Santé Mentale Europe |